Poemas sueltos, I
Perito en lunas
Poemas sueltos, II
El silbo vulnerado
Imagen de tu huella
El rayo que no cesa
Poemas sueltos, III
Viento del pueblo
Poemas sueltos, IV
El hombre acecha
Cancionero y romancero de ausencias
Poemas sueltos, V
Poemas últimos




    IMAGEN DE TU HUELLA
        (1934)

      Puedes bajarte el libro entero aquí

        I


    Astros momificados y bravíos
    sobre cielos de abismos y barrancas
    como densas coronas de carlancas
    y de erizados pensamientos míos.

    Bajo la luz mortal de los estíos,
    zancas y uñas se os ponen oriblancas,
    y os azuzáis las uñas y las zancas
    ¡en qué airados y eternos desafíos!

    ¡Qué dolor vuestro tacto y vuestra vista!
    intimidáis los ánimos más fuertes,
    anatómicas penas vegetales

    Todo es peligro de agresiva arista,
    sugerencia de huesos y de muertes,
    inminencia de hogueras y de males.


        II


    Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
    que son dos hormigueros solitarios,
    y son mis manos sin las tuyas varios
    intratables espinos a manojos..

    No me encuentro los labios sin tus rojos,
    que me llenan de dulces campanarios,
    sin ti mis pensamientos son calvarios
    criando nardos y agostando hinojos.

    No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
    ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
    y mi voz sin tu trato se afemina.

    Los olores persigo de tu viento
    y la olvidada imagen de tu huella,
    que en ti principia, amor, y en mí termina.


        III


    Ya se desembaraza y se desmembra
    el angélico lirio de la cumbre,
    y al desembarazarse da un relumbre
    que de un puro relámpago me siembra.

    Es el tiempo del macho y de la hembra,
    y una necesidad, no una costumbre,
    besar, amar en medio de esta lumbre
    que el destino decide de la siembra.

    Toda la creación busca pareja:
    se persiguen los picos y los huesos,
    hacen la vida par todas las cosas.

    En una soledad impar que aqueja,
    yo entre esquilas sonantes como besos
    y corderas atentas como esposas.



        IV


    Pirotécnicos pórticos de azahares,
    que glorificarán los ruy-señores
    pronto con sus noctámbulos ardores,
    conciertan los amargos limonares.

    Entusiasman los aires de cantares
    fervorosos y alados contramores,
    y el giratorio mundo va a mayores
    por arboledas, campos y lugares.

    La sangre está llegando a su apogeo
    en torno a las criaturas, como palma
    de ansia y de garganta inagotable.

    ¡Oh, primavera verde de deseo,
    qué martirio tu vista dulce y alma
    para quien anda solo y miserable!


Hosted by uCoz